Sueños en la Tarde.

Una colina desconocida es el lugar, un rayo de luz solar es la guía para poder pasear y acariciar la hierba del lugar, para poder echarse sin preocupaciones y así relajarse y adentrarse a la muerte de la tarde.

La dimisión se contrae y se expande aturdiendo las cabezas, flotan o navegan los pies sin poder caminar, todo misterio sobre la tierra es revelado, todo enigma sobre lo que la naturaleza oculta, contado sin prohibición alguna, dando aquella esperanza para poder seguir sobre esta marcha.

¡Puertas abiertas, ninguna ya cerrada!

El alcohol del polen nos hace sabios y osados, las preguntas se derrumban como fichas de dominó, mientras las respuestas deambulan en los aires de las provincias de las mil dimensiones.
Se puede respirar al instante sin la sensación del peligro o la vergüenza en la sutil fauna que alberga este lugar.

Sin problemas, sabemos todo, absolutamente todo, pero procuramos mejor olvidar y regresar al juego de la ignorancia y la inexperiencia.

Se congelan las manecillas y no siguen sus agonizantes pasos macabros. Dan aquella tregua que todas esas bocas procuraron en algún determinado momento, para poder reparar algún daño o gozar un instante que tanto disfrutaron o pretendían disfrutar, el tiempo se muda de la idea, se ha albergado un trastorno nuevo en la razón y en la visión, dando con ello una confusión total de toda comprensión.

Se sufre un daño absoluto en entrar a todo cambio, a todo lo que siempre es nuevo y desconocido……

Echado sobre el pastizal sigo.
Suspiro y observo.
Siento y sonrío.

¡AHORA SOMOS UN ALTAVOZ EN EL UNIVERSO!