Mantén los ojos en Carretera.

En la lejanía del éxtasis, reposa en la mente de él, el semblante que hizo ella cuando él admiro sus delgadas manos de ella lentamente, determinadamente y sublimemente.
Aquel estado de alteración produce un vomito irreversible…..Abundante.
Pierde noción de donde se encuentra, si es de día o de noche, si ha perdido su dinero, si sus ideas han sido plagiadas o si el disparo fue de gravedad. Se calma al imaginar la voz de ella al decirle:
Todo va a estar bien.
Una carretera.
Una línea en medio del carril.
El carro a alta velocidad.
Él desenfrenado corre por su bienestar,
se libera del miedo y de los nervios,
de esa presión de cargar al mundo en su espalda.
De esas risas tontas que lo atacan...
Él recupera esa fuerza, pero el estado contemplativo sigue activo, ve musas cantándole al oído, observa mitología escandinava y retumban las letras de todos los cuentos de la antigua India.
! Bendita Sakuntala!
! Bendita Damayati!
Un dios egipcio le habla en graves guturales y le incita a retar a la muerte esa noche mágica con aquellos elementales........
Una carretera.
Una línea en medio del carril.
El carro a alta velocidad.
Él desenfrenado corre por su bienestar,
se libera del miedo y de los nervios,
de esa presión de cargar al mundo en su espalda.
De esas risas tontas que lo atacan....
Llega al punto que los sentidos se aletargan, los sonidos más hermosos lo suspenden en el aire y sus moléculas construyen una esfera de cristal mágica de Azul celeste. Observa en su caminar la figura de ella como un ángel que baja para platicar, para alentarlo y decirle que todo va a pasar, que todo va en perfecto andar....En Gran sintonía Astral.
Los albores del alba lo despiertan, sobresaltado escucha los ruidos de los carros al pasar, observa que se encuentra en la orilla de la carretera, junto a los brazos de ella. Los dos se observan, ríen como niños al jugar, se besan como viejos al descansar.
Se reincorporan y se alistan para seguir su viaje espacial.
Ella le sentencia: Que es un sueño jamás soñado, él le confiesa: que son un verso jamás escrito, que solo ellos se atreven a leer.
A lo lejos, se ven sus sombras formando un corazón en el asfalto al caminar tomados de la mano con fuerza y seguridad, con determinación,
con un brillante amor espiritual.
Calmadamente y lentamente él admira lo delgada y tersa que son sus manos de ella