El Mar de lo Perdido

En mares bravos navegue
Y en ellos la locura no calme,
no calle y no dome.

No hubo quien reconfortara los laberintos agonizantes, de la inseguridad del amor.
Aquellos que imaginariamente, latigaban mi corazón.

Como tormenta negra que envuelve al puerto pesquero, mi visión se torno
y solo dañe, aquella perla que en verdad me amó.

El amor me enfermó y como oasis en alto mar, me hizo fantasear con aquello que jamás fue real.

En mares bravos navegue
Y en ellos la locura no calme,
no calle y no dome.

El tesoro real se hundió en las aguas del enojo.
Y está soledad que me atañe, fue el producto de esos celos malditos que tercamente imagine.

No había silencio en esta canción.

La mente se transformo en marea sin razón.

Ahora solo navego buscando aquel mar dulce, para volver a escuchar mi corazón y aquella calma que el amor me robo.