El Arroyo

El arroyo no sigue su cauce,
pues es fatal el aliento de sus
aguas y de su bendita
brisa de vida.

Una lágrima no solo se
desploma, sino un torrente
de cascadas en picada.
Haciendo de acero sus aguas
y de infierno su
frescura.

Sabes que esté Poema es tuyo,
los versos son la dedicatoria a
tu Universo
y las palabras a tu maravillosa
aura de Vida.

Sabemos que aún no es la hora,
sabemos que aún somos exploradores
en misión Tierra.
Sabemos que nuestros latidos
solo se perderán, cuando ya no haya
magia en esta frecuencia
Novenal.

Sabemos que aún nos falta enloquecer más.

Sabré como termina el océano
extenso de tu querer, y sabré que
quizás todos esos minutos que
fueron milenios, serán nuestros
tesoros para
rejuvenecer.

El arroyo sigue desplomando
una fuga interminable de aliento
y de pulsos de total
prosperidad.
Total y plena prosperidad, que quizás
haga que seamos reyes de un
prospero palacio, donde
nuestro símbolo sea ese epitafio
en soledad.

En sublime y fresca Soledad.