Jugar a las muñecas
Se cuestionaba tanto de por qué ahora y no antes.
Si lo hubiera conocido cuando eran unos niños,
le hubiera propuesto jugar con sus muñecas, al papá y la mamá;
quizás él no hubiera aceptado, porque eso de jugar a las muñecas no es para niños,
pero sé que ella hubiera buscado la manera de llamar su atención,
seguro con una pelota aceptaría jugar con ella.
Y estaba dispuesta a jugar a la pelota por muchos años más, con tal de tenerlo cerca;
todos los días trataría de venderle la idea de que jugar a las muñecas también era divertido,
porque jugar a las muñecas no sólo es cambiar pañales,
ni arrullar a los bebés cuando están llorando,
también se sirve el té, también era cenar en la mesa,
también era dormir juntos contemplando a sus pequeños hijos.
¿Será que aceptaría jugar con ella?, no lo creo,
es demasiado terco, ama su balón de fútbol,
pero ella es demasiado insistente,
y todos los días trataría de venderla la idea,
hasta que él fuera lo suficientemente maduro para entender que lo que quería ofrecerle,
era una vida junto a ella.