Café sobre Silva.

poema de Erasmo

Anoche, mientras tiritaba,
y quería a mi rutina-cafeína,
sin querer volteé la taza,
y se volcó sobre Silva,
sobre su poesía.

¡Pobre José Asunción!,
y su cuaderno de versos,
me hizo acordar acaso
al naufragio de sus versos,
a su pérdida constante.

Y mientras secaba ese volumen de Castalia,
rojo carmesí y añoso estero
de las cumbres de todo poema,
intentaba recordarte,
cuando recitaba a tus oídos.

Y también conocí a Silva,
entre fríos indecibles y castañas,
con su elegancia de último juglar,
ardiendo en preguntas.

¡Ah... recuerdo vago de los astros!,
una sensación se me tornado lunes.