Tristeza en las calles
Solitaria se encontraba por las calles, la lluvia caía sin cesar, el frío empezaba a caer mientras caminaba sin rumbos.
A cada paso que daba sus ojos se nublaban por estar inundados. Ella no sabía porqué sus ojos estaban así.
No tenía razón alguna por la cual llorar.
Pero, lo que no se daba cuenta, era que se sentía sola. Sola. Sola sin eso que completaba su noble corazón.
Ella y sus lágrimas. Las calles, algunas con vida, y otras sin ella. Pasos daba y lágrimas caían.
Sólo palabras invadían su mente y compañía era la lluvia.
Sobre el autor
Liming
Soy una chica tímida.. Tengo 20 años y no es mi primera vez escribiendo; llevo como 5 años. Aparento ser una niña para mi edad. Mi nuevo seudónimo es Hikari, pero aquí seguiré con el que esta.
Espero que les guste lo que escribo.
Muchas gracias.
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Cosas de la vida. Esta obra me trae escalofriantes recuerdos. "Fue una de esas noches cuando todo parece más lúgubre y doloroso. Dejo un espacio y sigo. De pronto cuando me dispuse a voltear una esquina, mi ser sintió extraño dolor al ver a una joven
dama vestida de negro y con sobrero, empapada por la lluvia y su llanto. Paré el coche y ofrecí llevar.
_¿No encuentra taxi?, sube por favor.
Por tremendo aguacero y por su sombrero no pude ver en detalle su rostro. Sus palabras entrecortadas y
poco audibles erizaban mi piel, sin embargo seguí sus indicaciones. Al poco rato cruzamos un barrio popular poco iluminado y pude percibir la extraña frialdad de su cuerpo, eso me pudo en alerta, pero descuidando el aviso continué.
De pronto hizo un
ademán y frené. La chica salió corriendo entre la niebla nocturna y se dirigió hacia una casona, cruzó el portón y cuando me dispuse a seguir mi camino, noté su sombrero en el asiento de copiloto. Tan apurado y desprevenido corrí hacia la finca donde
ingresó la joven. Estando a unos pasos, descubrí que tal entrada se había anulado y clavado. Entonces busqué otra puerta y llamé.
Luego de cierta demora, salió un anciano
-¿Qué se desea?- preguntó.
Expliqué lo sucedido.
-¡Eso no es posible!-dijo
Luego, muy atento me invitó a ingresar, hasta un gran salón.
En medio de todo un bello cuadro al óleo.
_¿Ella?_ interrogó algo apenado.
Ella fue una gran dama y murió muy joven, fue explicando.
Me acerqué a ver la fecha de la firma del pintor.
¡París, 1949!
Y claro, murió tan joven sin haber conocido el amor.
Yo sigo guardando ese sombrero.
Me has regalado tremendos y escalofriantes recuerdos.
Gracias. Hasta nueva obra.
Es muy grato para mi leer esta hermosa obra poetisa, una vez más llenas mi alma con tus hermosas letras poeta lindo día éxitos y bendiciones en todo lo que realices!!!
Liming grata lectura, un placer pasar. Saludos.