Juan 11:36

Vengo algo tranquilo,
A pesar de que lo sé.
Sé lo que ha acontecido
Por más de un mes.

No traigo flores, no,
¿Cómo podría yo?
Mucho menos un sermón
O un preparado corazón.

¿En dónde te dejé?
Solo he venido a ver,
A pesar de que lo sé,
Una tragedia del ayer.

Ahí estás, después de tanto,
Tras mucho tiempo desperdiciado,
Malgastado por el desengaño
De este terrible año.

Los otros me observan,
Contemplan mi rostro,
Sabiendo que mis ojos
Son ahora unos arroyos.

Te miro, me cuesta procesarlo,
Literalmente estás a mi lado,
Pero te encuentro sin vista,
Esta roca tapa tu sonrisa.

Aun si quitaran la piedra,
¿De verdad te vería de nuevo?
Dicen todos que tomas una siesta,
Una siesta que ya lleva tiempo.

Aun si viera tus despojos,
¿Esas vendas te dejarían andar?
Yo pienso que te levantarás,
Alas de águila serán tus tesoros.

¿Cuatro días? ¿Cuatro meses?
¿Qué más da hace cuánto que hiedes?
Te traería perfume cada día
Si pensar en ti fuera una alcancía.

Todos quieren tratarte mal,
Por eso andas en una cueva.
Te dicen cosas feas para criticar
Y yo apruebo, pero a medias.

Yo, algún día, he de estar ahí,
Muerto desde el interior,
Por eso persisto en que aquí
Cualquiera es pecador.

Por ese lado, te perdono.
Por otro lado, me sofoco.
Me pesa que no te escucho
De este lado del sepulcro.

Si hubiera intervenido,
Si hubiera sido tu fiel amigo,
Quizás esto no habría sucedido,
Pero ya no importará, lo admito.

Es solo que se te extraña
Y que no te vea me extraña.
Es una sensación muy rara
Que conmueve mis entrañas.

Pienso, y te pienso.
En eso, pasa esto.
Si me vieras, sabrías qué es eso,
Y de mis ojos salen sentimientos.

Es entonces cuando pego un alarido,
Miro al cielo despavorido,
Me quejo y temo por el resto
De mis días que se van con el viento.

Mis lágrimas lloran.
Lloran la alegría que ahorraba
Dejando solo tristeza amargada
Y, como siempre, la misma historia.

¿Por qué? ¿Por qué no estuve?
¿Por qué me esperé a que fuera tarde?
¿Por qué de desviarte no te detuve?
¿Es temprano para morir antes?

¡Quiten la piedra! ¡Arrójenla lejos!
¡Quiero abrazarte y perder los ojos!
¡Que sea Sansón matando filisteos!
¡La victoria que encontré entre despojos!

¿Qué importa lo que digan las hermanas,
Si al final quiero ser quien te rescata?
¿Qué más da si resucito o no mañana?
Los judíos dicen: Mirad cómo le amaba.