COROLARIOS.

poema de Matias Berner

(A Vicente Huidobro)

COROLARIOS (compendio)

Enroscado en un nudo laberíntico habiendo partido de la casilla de salida a pocos metros de meta, un dos tres ya, un dos tres yo, sí, yo, protagonista a mi pesar, 96 kilos y medio.

Escapando de la capa de pintura plástica que me envuelve la rasgo con las uñas para posibilitar agarre, tirar fuerte y así aparecer una figura escultórica de mi mismo que yo contemplo ya desde el exterior, aja! que listo soy, desaparezco pero mi figura sigue ahí por mí.

Ahora en reposo medito como es que se quedan quietas las fieras teniendo tanto hambre, ¿será el domador mago de animales?, más yo creo que no, que solo las entretiene con el látigo, que reacción tan aburguesada y cobarde.

(Hoy es lunes, buen día para empezar la mañana, el martes será tarde, y el miércoles tardísimo, los demás días inalcanzables, ¡lástima!)

Estoy sentado en un taburete que hace aguas mientras remo con los pies, escorado a la izquierda para apoyar el interior del brazo sobre el mostrador que antes era vela escribo con dos manos, toda una proeza soy, un escritor de puño y letra en el ordenador, sobre rampa de despegue de portaaviones norteamericano voy, no tengo estrategia aunque tomé clases en un club náutico de reputación.

Destripo el círculo de la obsesión, escruto el agujero profundo que da vueltas en espirales descompuestas, examino la distancia que siempre es corta para volar, no tengo rumbo.

Es tiempo de Herodes donde matan a todos los niños de cuatro años cuando empiezan las clases de no rechistar, recemos todos juntos la misma oración, amen, amen señor.

(Hace frío en noviembre y en camiseta sin mangas estoy)

Maldigo el eco de mi nombre que me recuerda a mí varias veces hasta que ya no se oye

- silencio.

Ahora ya mucho más tranquilo reflexiono: todos somos cada vez menos ricos por la pobreza que nos riega, se nota en la ropa y también en el calzado que son sectores a la baja, después de todo necesitamos un calentamiento global para no gastar en calefacción, quien pudiera escapar de este círculo vicioso.

En este mundo loco de psiquiatras de postín el mejor remedio es la reclusión y ya luego hablamos cuando estemos conectados al sistema de las palabras ambiguas y los malos pensamientos por no mirarnos a la cara que es donde están los ojos que son espejo sin distorsión.

Simulando una escena argumental con gente que pasa por la calle observo colores ocres, grises y azules apagados por lavadoras que hacen el trabajo sucio, no hay desarrollo, todo está escrito, otra vez navidad.

Formulada la pregunta en forma de medio colador lo más práctico es no contestar con otro útil de cocina sino con la comida ya lista en forma de asa produciendo en el interrogador una satisfacción culinaria que le deje sin respiración en el intestino.

Estoy inclinado a pensar recto redimiendo el acto controvertido en una única dirección establecida por una lógica continua que agota, es un problema de rigidez cervical que no deja ver más allá de la pared.

Si una línea es recta es porque aún no se ha torcido sostuve con los dedos índice y corazón levantados y el cigarro ya casi terminado entre ellos acusándome de demagogo tras una agria discusión draconiana que me llevó a quemarme los labios.

Arropados en el nido de la civilización incubamos circunspectos el poso del tiempo reposado en grandes galerías de arte plagadas de imaginación desbordante que no nos arrebatarán tan fácil los que conspiran desde un minbar después de la llamada a la desolación porque llegará el día en que todos seamos mártires de la occidentalidad.

Desposeídos ya de la altanería materna que nos dio
la tierra caminaremos sin descaro hacia un entendimiento continuo guiados por el bastón del druida amado conocedor del roble milenario.

Que una coma cambie todo el sentido de la frase es significativo de la importancia de la orientación de las nubes en el cielo según el rumbo de soplado de los distintos vientos que devienen unos a más y otros a menos e incluso se contradicen haciendo llover.

Llevaba yo el planeta de mis cosas a la espalda cayéndoseme por el peso cuando fui a cambiarlo de hombro cascando en el suelo como un huevo comenzando a brotar agua dulce que sabía a almíbar de naranja.

No contento con lo que la vida me ofrecía me escondí tras de un árbol al pie del camino para mirar el paso situándome de cuclillas sabedor de poder salir cuando los acontecimientos hubiesen pasado pero me convertí en brote de rama pues me alcanzaba el sol de costado favoreciendo mi fotosíntesis.

Desamparados por el abandono se quejaban los autos contaminantes que querían gasóleo para seguir rindiendo en las cotizaciones de las acciones de la bolsa paralizada por una fibromialgia que la mantenía ociosa durante largas sesiones ininterrumpidas por las voces de los brókers que dejaron de hacer el agosto con las oportunidades de última hora comerciando con corredores de aeronaves ahora vetados en el parquet.

Estableciéndose una similitud caótica en puntos aleatorios entre diferentes personas se deduce una eclosión de controversias acerca de aspectos puramente discordantes en su humanidad que requieren un análisis más profundo acerca de su diferente concepción del mundo.

Rigidez mental que partiendo el eje de dirección emana de la incomprensión mal digerida que desvirtúa el color de la sangre al ser el rojo el pigmento más delicado ante la luz del sol.

Enrojecidos los ojos por la incoherencia temperamental que hace enloquecer; más el pensamiento lúcido intacto que adormece la hiel se sobrepone al músculo que se infla ante la inesperada circunstancia que se escapa.

Cortes de luz sinfónicos en el atardecer dorado de la inexactitud de aquellos que operan sin criterio ni armonía guiados por la mediocridad e incompetencia que producen raudales de odio ante la virtud del que se sabe libre para alcanzar su objetivo final.

Estrafalaria ansiedad que simula la nada en espasmo de sorpresa corregido por el ansia de volar que solo es posible en el ámbito de la soledad servida en bandeja rústica para no llamar demasiado la atención.

Imagen de portada: Autorretrato a pluma y acuarela sobre papel A4 de 350 g.

Comentarios & Opiniones

Yan

Un gusto leerte Matias. Saludos. Feliz Año Nuevo.

Critica: 
Matias Berner

Gracias por su molestia. Saludos .

Critica: 
Joelfortunato

Saludos y felicitaciones. Su obra es amplia, reflexiva, con hábiles combinaciones expresivas, simbolismos de alta significación existencial y estética. Lenguaje pulcro y eficaz en un campo semántico atractivo y de alto impacto expositivo.

Critica: 
Matias Berner

Gracias Joel por su apreciación detallada y generosa.

Critica: