Inmolación taurina

Hace más de una centuria
Iniciaron las fiestas taurinas
Sacrificando toros de gran furia
Ante multitudes asesinas.

Aquel deporte de alta aristocracia
Complace una maldita burguesía
Como arte, es una puta falacia
¡Eso no merece poesía!

Revivimos otro circo romano
Un César decide quien sucumbirá
Todo flagelo es inhumano
Como sea, el humano vencerá.

Una infiel bestia humana
Acribilla la humanidad de una fiel bestia
Esta fiesta mórbida e insana
Nunca regocija, sino que indigesta.

Mercenarios tauros de zodiacal signo
Principales partidarios de esta tortura
Displicentes ante este ritual maligno
Disfrutando una y otra vez la aventura.

Un duelo desigual y desalentador
Donde el toro la lleva perdida
Torero, banderillero y rejoneador
Aparecerán, propinando una nueva herida.

Ya viene la estocada
Se acerca el final
Si el torero falla con la espada
Deberá martirizar con un puñal
Para que indefinidamente
Incremente el sufrimiento animal.

Espectáculo de semblante marcial
Impío con fieles ejemplares
Sanguinario y nada imparcial
Indultando pocos, asesinando centenares.

Mientras el toro embiste por casualidad
Pudiendo matar por accidente
El torero debe matar por gusto
Pudiendo fallar por accidente.

Una vez diezmado y asesinado el animal
El torero sale en hombros por puerta grande
Una vez corneado y asesinado el torero
¿Por qué no sacar al toro por la puerta grande?

Y si su corneada mortal fue perfecta, ¿Porqué no dar al toro las orejas y rabo del torero asesinado, si su faena fue antagónicamente impecable?

Es muy agradable ver los toros desde la tribuna. Pero cuando el toro se cansa de ser el centro de atracción y quiere convertirse en espectador, saltando a las tribunas para hacer que los espectadores salten al ruedo y se mueran de incertidumbre allí adentro, es realmente cuando las corridas de toros comienzan a gustarme en serio, porque ya es un espectáculo inofensivo y se equilibran las cargas de nuevo.