Hablar en soledad

Hablar solos con nosotros mismos pareciera un acto de demencia e insania, cuando realmente es un signo de introspección sobria, aunque aparente delirios y alucinaciones psicóticas, pero nos pone en condiciones de autodominio pleno.
Muchos nos tildan de locos o estúpidos por hacerlo a menudo, mientras se burlan de nuestros casuales monólogos sin espectadores presenciales.
Hablar solos es repasar nuestro subconsciente para mantener nuestras ideas o conocimientos frescos y accesibles,
Hablar solos es escuchar nuestros pensamientos secretos y divulgarlos para saber que sí existieron alguna vez y nunca fueron un espejismo mental,
Hablar solos es dialogar con nosotros mismos cuando no tenemos con quien hablar sobre algo para obtener una respuesta apropiada ante nuestra duda a resolver de inmediato.
Hablar solos es ofrecer nuestro conocimiento a quienes no desean escucharnos ni valoran nuestro punto de vista para aprovechar nuestro aporte.
Hablar solos es reclamar y protestar por todo lo que se nos niega injustamente y nos acallan para que no insistamos en pedir lo que nos corresponde por derecho natural.
Hablar solos es rezar y hacer plegarias por cosas que nunca van a cambiar en nuestro beneficio.
Hablar solos es refrescar nuestra memoria para aprendernos el discurso con el que vamos a disuadir a cientos de personas y lograr que crean en nuestro argumento convincente.
Hablar solos es tararear y cantar la melodía o canción que tanto nos agrada entonar siempre.
Hablar solos es consentir y mimar las mascotas o las plantas que nunca comprenden lo que se les desea comunicar en absoluto.
Hablar solos es visitar la tumba de un cadáver para llorar y arrepentirse de algo que ya no tiene remedio o causa útil.
Hablar solos es revelar nuestra sabiduría en términos que los demás no se atreverían a entender, entonces es mejor mantener un sano auto discurso con nosotros mismos para no dejar escapar las ideas brillantes que nos surgen, ya que jamás nos escucharán, y si lo hacen, no se molestarán en comprender nada.
Hablar solos es leer este poema mientras no charlamos con nadie, pero es necesario hablar con nosotros mismos para comprenderlo y asimilarlo perfectamente.