DIOS ASÌ LO QUISO (POEMA 1)
DIOS ASÌ LO QUISO
El pecado no fue tuyo ni mío, teníamos que conocernos,
fuimos parte de un plan más grande,
estábamos hechos el uno para el otro, era inevitable.
Había un destino que nos unía, había un propósito superior.
Nuestros caminos estaban destinados a cruzarse,
éramos dos almas gemelas que tenían que amarse.
Este loco amor de un modo romántico se inició,
como si hubiera un orden en el mundo,
he llegado al convencimiento que Dios así lo quiso.
Cuando mi boca besó la miel de tus labios,
puedo decir que nuestro amor procede del cielo.
La culpa no es tuya ni mía,
he llegado a sentir lo que tú sientes, a pensar lo que tú piensas,
a respirar lo que tú respiras, a desear lo que tu deseas.
No somos culpables de nuestros pensamientos y fantasías.
Cada pedacito de vida fue una bella oportunidad para amarnos más,
lo que hace que me pregunte,
cómo pude vivir tanto tiempo sin tenerte a mi lado.
Cómo pude vivir tanto sin besarte, sin acariciarte,
sin decirte las cosas bonitas que te dije, sin abrazarte.
No fue tu belleza ni tu manera de sonreír, lo que me atrapó en tu telaraña,
el responsable fue la voluntad divina, quién despertó este volcán de pasiones.
Fue la mano del destino quien desató un torbellino de emociones en mi alma.
No es queja, es gratitud.
He llegado a la convicción que quererte fue una experiencia maravillosa,
he llegado al convencimiento que tu boca y mi boca saben hacer cosas lindas,
por ejemplo, besarse con esa magia de acaramelados besos.
Es fuego ardiente que enamora.
Es verdad, pude tenerte en mi juventud y hubiese sido un bello sueño,
pero, la vida es como es,
lo nuestro fue fruto de la experiencia, de una larga calzada.
Fueron otras bocas las que me enseñaron a besarte,
fueron otros cuerpos quienes mostraron el camino para saber amarte
y en otros brazos aprendí a estrechar los tuyos.
Con los ojos cerrados pude sentir el aroma que despiden tus frescos cabellos
y sin dejar nada para la imaginación,
todo lo hice con inmensa dulzura, contornearme sobre tu piel…




