Herencias

Me despierto a las cinco de la mañana,
ya no es necesaria la alarma.
En la penumbra, a tientas, busco las lentes
es hora de que tome la pastilla.

No me puedo levantar,
la espalda me está matando.
Dolor imparable, que solo calma el sueño.
El colchón es tela sobre roca,
no vuelvo a pegar ojo.

Mi cara se encuentra mojada,
el calor inmerso en la habitación es impenetrable.
Me duele la cabeza.
Todo parece tan lejano,
mis brazos no alcanzan al teléfono.

Intento respirar,
llamar a la calma, que no abandone mi ser.
Más un par de intentos después,
lo que parecía normal, se vuelve borroso.
Ya no recuerdo, no siento.

...

Silencio,
lo que escucho.
La vida y la muerte, igual al parecer.
Solo sé, que estoy bien,
aunque no tengo idea de donde,
ni porque.

Sueño que sueño,
se olvidaron los problemas del ayer.
Rio en la soledad,
soledad acompañada de plenitud.

Así como así,
el equilibrio se quiebra cual papel.
Lo homogéneo muta heterogéneo,
ella quiere ser mi amiga.

...

La luz intermitente quema mis ojos.
Confusión y desconcierto.
Las paredes blancas,
rostros familiares.
Pautada tranquilidad.

Me dijeron que debía reposar,
mucho tiempo en coma no es favorable para nadie.
Pero tiene sentido?
La mente y sus archivos,
creciente nebulosa.

Una joven mujer se acerca,
me dice concisa, al oído, cómo estás?
Sonrisa con desgracia,
me pone intranquila.
Escucho no temas...
Nada cambiará.

Mano pequeña,
extremidad helada de huesos fuertes,
rodea mi cuello.
El aire abandona mis pulmones,
y esa voz afable y delicada,
solo pronuncia mamá.