Mi epitafio

poema de Abel

Tan señero es que luce este chico,
agraviado por desaires del destino,
ese que tiene un buen ritmo
pero aciago corazón.
.
En los esquejes de su alma
.
Infortunio es su legado
y muy pronto este adiós.
.
He visto a la muerte otras veces
pero ella espera con creces
lo que no puedo evitar.
Al ver la luna de plata
izada tras la fogata
cansada de naufragar.
La veo dormir relajada
con sonrisa aperlada
sobre este fiel guardián.
Desapareciendo en la alborada,
su melena alborotada
y yo terminando en mi hogar.
...
Si expirar de mi mundo consiguiera,
extrañaría tu belleza y tu olor,
embriagante y sublime,
suave y dulce como flor.
Hoy que diño por el día
vivo ufano en tu sonrisa
cuando te vuelvo a mirar.
Pero.
...
soy reflejo de un espectro
que un hueco tiene en el pecho
de esquejes de un trasplantar.
Una brecha diminuta
de esta existencia puta
y que pronto cerrara.
...
Y que en su tumba se lea
"Yace aquí un hombre señero
con su triste deambular".