Poderoso es aquel sin armas
Que lucha sin espada
Guerrero sin armadura
Palabras amarradas

Luchando con sus desnudas manos
Con dolor en el pecho que emerge
La sangre que brota de sus brazos
El agobio y sudor que no se detienen

Cae incontables veces
Huesos rotos y carne desgarrada
Mas el espíritu no se vence
Ojos al objetivo, alma amarrada

Enemigo que desenfunda arma
Miedo escondido, falsas agallas
Alma corrupta, lucha sin razón
Negros sus ojos, dudas del corazón

¿De qué me sirve cambiar si no hay quien me espere?
¿De qué me vale quererme si nadie me quiere?
¿De qué me sirve ser si nunca falta el que no es?
En todo caso, ¿qué es ser?

Tener un oficio frió sin sentido,
asistencia perfecta en el matadero de los sueños;
en religiosidad ser el numero uno
No, no, no quiero;

tener todo eso en mi.
Por hoy solo busco encenderme en ilusión,
con un zippo prendido en transición.

Esos que estabán dormido
en mi alma.

Ayer venian
como relampagos,
esos momentos
en lo que fuiste todo
en mi vida.

Si me vieras a hora,
no soy nada sin ti.

Mi fragil corazón,
no soporta esta soledad
que me consume
lentamente.

Que soy si no estas
en mi vida.

Una rosa tirada
en el olvido,
que dejo atras
quien no quiso más
amar.

Soy un silencio
lleno de ruido.

Una mujer que se quedo
sola, con tu recuerdo
como unica compañia.

Vi pasar una hormiguita y me acorde de ti.
Me acuerdo que decías que en mi vientre había una hormiguita!
Que iba a tener hijitos!
Que iba a parar la colonia en mi ombligo!
Y pasabas tus dedos juguetones por mi vientre,
Y yo reía sin parar!
Y me besabas porque te gustaba verme alegre!
Y yo lloraba de reírme tanto!
Y tu me besabas por todos lados!
Y después la hormiguita se iba con sus hijitos a la casita en mi ombligo,
Y terminabas en un fuerte abrazo conmigo.
Nos queríamos como adultos
Y jugábamos como niños!

Tierra de amores y sinsabores
donde la vida alumbró mi ser
allí pasamos bellos momentos
en aquellos días de mi niñez

Tierra de paz con mucha violencia
en campos de guerra yo vi nacer
niños y niñas que allí se criaron
grandes personas pudieron ser

!oh¡ tierra grata de mis amores
tierra de sueños y de placer
donde florecen las amapolas
y por sus frutos mueren también.

Campos de agua, verdes cultivos
que a sus gentes dan de comer
cuantos valientes dieron su vida
pero tal paz, no pudieron ver.