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poema de Notaloka
Tus falsos proverbios me volvieron tan plebeyo ante sus ojos
Mi corazon tanto lo soportó pero fue tu rebelión quien me la robó.
Tu lengua derramo su veneno como serpiente a traición
Juzgaron mis acciones por todos los rincones oia mentiras malevolas
Ella, tan débil tan bella pero tan manipulable nuestro amor lo catapultó
Yo, tan obstinado tan testarudo pero muy sensible le puse fin a este capitulo.
Maldito veneno que nos mato.