Dulcísima escupidera

Te pagaron para en los bajos de un camión hacerlo
mientras besos negros de grasa y en desliz
por tu piel aún de aspecto virginal
lamían
Te han dicho que la sumisión no tiene espacios
pues tú misma te has construido para esto
Pero no es cierto
tu mente trabaja sin descanso
buscando la razón verdadera
y te repites que no es eso lo que querías
mientras te arrullas en ti misma
entre sábanas de lino
buscando en una pequeña cama de hotel de Doha
algo más que prestar tu cuerpo tan dual como bello
a quienes solo quieren que bajo un camión
y en el callado parking de un súper, medianoche
les absorbas ansiedad, vileza y culpa