El día que te conocí

Hundido en una profunda noche, en una soledad tan agobiante como ella misma.
Mi mente divaga en el vacío de mi existencia.
Solo, triste, sin nadie a mi lado solo pienso en una cosa.
Ese día, el día en que te vi.
Estabas deslumbrante, esa cabellera como hilos de oro que hacia ondear el viento.
Esa sonrisa, tan sincera y dulce, sin maldad ni odio en la mirada.
Pienso en esos ojos, verdes como la pradera, llenos de vida y entusiasmo.
Esa piel, blanca cual paño de seda, tersa y suave.
Te recuerdo como eras y se me eriza la piel.
Cada vez que te hablaba olvidaba mis problemas, mis angustias, mis necesidades.
Solo pensaba en lo hermosa que te veías sonriendo.
Me hiciste sentir que nada más importaba, que todo estaría bien si estaba contigo.
Había conocido tanta gente ya que no sabía si esto era real.
Si enserio me tenías aprecio, si te importaba, si sentías algo por mí.
Tal parece que estaba equivocado.
Todo era una pantomima, un teatro, una ilusión.
Te distanciaste, te alejaste de mí sin más, sin razón aparente ni motivo alguno.
No sé si te hice algo, si te trate mal, si cometí alguna equivocación.
Solo sé que jamás te volví a ver, ni rastros de tu fragante persona quedaron.
Volví a sentirme solo, triste, vacío.
Reprochándome si el que te alejases fue culpa mía, si te hice algo, no lo sé.
Pero vaya que me hiciste creer que era importante para alguien.
Que por tan solo una vez tenía a alguien que me quisiese sin condiciones.
Y heme aquí, solo como al principio, vagando en la inmensidad de mi mente.
No dejo de pensar en ese día, el día que te conocí.
El peor día de mi existencia.