Reloj
poema de Alfonso Saavedra
Repítelo, que nuestra historia comienza con el cosquilleo de esa palabra
Ires y venires que complementan mitades
Sueños rotos que murmuran aquella palabra
Somos tiempo y arena
Liviandad que pesa
Tan sólo un segundo
Entre palabras enredadas
Seguimos sombras distantes
Sombras
Sólo eso, sombras
Sin poder ver.
Pintura roja que cae de la ventana
Vanidad compadecida por la luz
Porque así me has tenido
Como un soldado en la trinchera de guerra.
Pedimos oscuridad
Idolatrando un solitario
Porque lo místico de una sensación
Es mejor que la esfera de perfección
Demos vuelta al sentido
Porque las cosas sin sentido;
Como mi amor por ti
Son siempre las más bellas.