C a m b i a n t e

Cojo un barco y me salvo,
cojo el vuelo y estrello
mis malas ideas,
no las quiero para nada,
juegan conmigo.
Siempre doy algo
que valoro demasiado,
o no doy nada;
total, para cualquier cosa,
mejor guardarme
una mejor jugada.
No estamos aquí
para complacer a nadie
pero sí para cambiar el mundo,
todo el rato,
todas las generaciones posibles.
El cáncer es lo estático;
nunca tiene cabida.
No hemos venido a entendernos
pero lo necesitamos,
no nos gusta discutir
ni romper ni destruir,
pero es el único modo
de hacer girar la rueda,
de encontrar la paz.

Y la paz
tampoco tiene lugar
en este mundo,
pues cuando estás tranquilo,
el mundo prepara
la siguiente batalla.
La guerra vive en nosotros,
para hallar una forma
mejor de comportarse,
de evadir la muerte,
la rutina, la calma elemental
que no mueve nada.
La calma que solo necesitamos
para dormir y amar.
Todo lo demás
ha de ser tornado,
remolino, huracán,
porque llevamos el cambio
implantado en las neuronas,
y en cada movimiento,
y no se puede escapar de eso.
No podemos evitar
ser naturaleza.