Sabotaje al corazón

somos frágiles,
aunque pongamos cara de hierro
y fumemos como si nada doliera.

caemos como hojas viejas,
pero sin el encanto del otoño.
nos rompemos en la cama,
en el trabajo,
en la espera de un mensaje
que no va a llegar.

creemos merecer amor
—uno bueno, uno que no se escape—
pero lo espantamos.
le damos motivos.
lo saboteamos.

porque nunca aprendimos a quedarnos,
ni con nadie,
ni con nosotros mismos.

y eso nos jode.
más de lo que admitimos.
más de lo que se nota.