Aprender a amar

Tu, aislada del reino de mi corazón,
de mi sociedad, te veo firmemente
todas las noches a través de un tubo
de papel.

Siento como tus manos acarician mi espalda
y luego la rasguñan.
Me gustaría aprender a amar, a amarte,
es difícil hacerlo
porque no he logrado encajar entre tus sábanas

Regálame un manual con tus instrucciones,
prometo sorprenderte mañana en la mañana
porque a esa hora ya sabré
comprenderte, sabré entenderte,
sabré que entre la vaguedad de tus
pensamientos estás como una figura de bondad.

Quiero aprender a amar, pero solo contigo.
Porque la suavidad de la piel
de tus piernas me han hecho tocar
el cielo una y otra vez.

Tus labios me han sumergido en
mares efervescentes de pasión pura.
A lo lejos de la calle, te veo,
y se estremece toda la profundidad
de mis entrañas, me haces correr
a abrazarte, a besar tus ojos color marrón,
a jugar con tu pelo liso negro,
que se deja caer hasta el precipicio de
tus caderas.

Insisto en aprender a amarte,
porque aun no sé hacerlo,
no lo sé hacer porque
ignoro la frialdad de tus palabras
que me dices con cariño,
ignoro todo el tiempo que pasas en el baño
arreglando tus crespas pestañas.
Ignoro la presencia de tus
figuras todas las noches
en mis sueños.
Ignoro cómo la realidad cambia
cuando me besas
y me haces ver flores de colores en
todas partes.

En general lo ignoro todo
y eso me tortura y latiga
todas las noches,
quiero aprender a calentar tu corazón
con una hoguera de tiernas palabras
con susurros de melodías
dulces como la miel,
de jugar con tu cintura en
un recital orquestado de pasión.

Si logro aprender a amarte
seré tan feliz en medio
de un bosque de pinos salvajes, para
poder disfrutarte más que siempre.
Por eso si logro aprender
a amarte, tu y yo seremos
el centro de todo, me apresuraré.