CUANDO TE PERDÍ

El fin de mayo, el inicio de no verte
Y la continua manía de hablar de
Mis fracasos. Adormecido y habitado
Por el espíritu del desconsuelo.

Un último beso y echada a volar
Con la misma seriedad y sonrisa
Con la que te vi al conocerte.
Secuestrada de la vida por el
Cangrejo del zodíaco.

Y yo el agnóstico animal, que caído
De tus cabellos, se adereza en su dolor
Sin porvenir, ni universo.
¿Quién fuera, Dios de Dios?