Nueve.
poema de Alexander Careoga.
Hubo un portal entre sus ojos y los míos.
De verdad lo hubo.
¡De verdad que si lo hubo!
Hubo retina, pupila y brillo.
Su baile sentimental tuvo una seguridad futura.
Un amanecer eterno.
Un amanecer eterno.
Un amanecer eterno.
¡Ahora somos lo eterno en el instante!