Epifanía
Han pasado 15 años desde que regresé, he vuelto a cruzar por las calles de mi viejo barrio, entre el pavimento que vuelve acoger mis andares de ya hace mucho tiempo.
Melancólico, con la mirada agacha, derrotado y con el susurro del fracaso a mis espaldas.
Cuando me percaté de un joven niño sentado en la orilla de una esquina donde yo solía meditar, él murmuraba en silencio...
Le dije:
- Oye muchacho, ¿todo está bien?
- Eso creo, solo pienso en lo que me depara el futuro,¿alguna vez lo hiciste?
- Muchas veces, pero luego te das cuenta que es un martirio; la maldad, felicidad, amoríos, desamor, muertes, locuras y desgracias. Un sin fin de situaciones y emociones a lo que le podemos denominar "vida".
- No estás entendiendo...
-Eres tan joven, deberías estar jugando con tus amigos, disfruta, que pronto pasará el tiempo y te arrepentirás de haber llevado una vida monótona y paupérrima.
- ¡No! Sería forzarle a mi voluntad. A veces creo no encajar en esta sociedad, la gente no me entiende, además de mis gustos peculiares... Prefiero estar solo y aminorar mi problema por mi cuenta.
- ¿Cuál problema?
- ... Tengo miedo el verme entre la melancolía, con la cabeza agacha, derrotado y envuelto en fracaso. Cuando toda mi vida me la pasé sentado en una esquina planeando un futuro decente por el cual vería reflejado a una persona diferente. Me dolería terminar como tú. Por favor cambia, solo no quiero verme así.
- Pero...
- No me decepciones, continúa y termina aquello que empezamos, lo que tanto tiempo habíamos planeado.
...
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Autor:
Kevin Gabriel Figueroa.
Todos los derechos reservados.
31/08/2019
Trujillo - Perú
Comentarios & Opiniones
Creo sinceramente que alguien que va de tumbo en tumbo en la vida, envidiando la felicidad ajena o abandonando sus proyectos por sentirse fracasado, le falta autoestima.
Esa autoestima se adquiere precisamente en casa...en la infancia...en el
Primer contacto o los primeros contactos con la vida y el exterior.
Si no se creció en el seno de un matrimonio feliz y lleno de amor, desde ahí comienza a ser un humano desbordante de miedos y carencias afectivas.
Le costará mucho el cambiar
Porque a esas personas no les gusta mirarse en el espejo de su realidad.
Y si alguien se las dice uuuufff! Se ofenden y le guardan rencor por el resto de sus días!
Cuando, en verdad, la forma única de sanar cualquier herida es, primeramente,
Mirándola! Aceptándola y no huyendo para no afrontarla...