《Dejó de cantar el periquito》

Plumas viejas se derrumban solas,
en la jaula de cristal sangriento,
se oye el temblor del viento,

lloran las beatas aves por tumba.
Quiso volar su cantor bravío,
ruiseñor de azul desteñido,

en tus ojos confundo mis pupilas.
Perito de las lunas más oscuras,
prisonero del filo en tu cuello,

alza las alas de tu bello.
El azar del tiempo canario;
al otro lado no se oyen tus batidos,

y por segundos se apagan los sentidos.
Late tu corazón mucho más lento,
el brillo de tu pico no es el mismo,

tu pecho hundido en el abismo,
acabado en soliloquios escodidos.
Más encojido mi corazón que no te ve.