Pupilas esmeralda
poema de Gabriel C. Márquez
Tenía los ojos verdes,
el aura inocente,
flotaba en espuma,
no se cansaba
de quemarme las venas
con los rayos de su alma.
Sobretodo
tenía los ojos verdes.
Brotaba de ellos esencia de selva
que desnudaba mis lentes de aventurero.
Veía a través de ellos
el mismo precipicio
por el que me lanzaba.
No se cansa mi voz de gritarlo:
tenía los ojos verdes.
En ellos redes pequeñas, frágiles como su postura.
Princesa indisciplinada era, que trazaba
argucias desde el silencio,
junto a las palomas
que llevaban su corona.
Hay sabores que olvido,
letras que no me atrapan,
bocas calladas que no perdono
y ojos,
ojos verdes que no me dejan.
Comentarios & Opiniones
Grata lectura, saludos.
Grato poema. Y esos ojos verdes.
"Sobretodo
tenía los ojos verdes.
Brotaba de ellos esencia de selva
que desnudaba mis lentes de aventurero."
Éxitos para sus nuevos poemas. Hasta otro poema.
Precioso!
Precioso!
Guau
Gracias a todos por sus palabras. Les envío un gran saludo.