No lo voy a intentar
No lo voy a intentar
Hay un sueño que logra hacerme respirar
Y yo no logro hacer nada por él,
Es pequeño, está en mi interior, se esconde de mis temores.
Hay días que lo siento tan grande como un árbol,
Me resguardo en su sombra que protege de la hostil realidad.
Hay un sueño, ¿Y el soñador dónde está?
El sueño se hace pequeño, un día desaparecerá,
Con el tamaño de una hoja intenta pasar a los temores para buscar al soñador, al no encontrarlo le grita en el corazón pididendo que no lo abandone.
Hay un hombre perdiendo en el miedo, el sueño guiaba y el hombre seguía, pero no sabía si era lo correcto. El hombre perdió su sueño entre la niebla de la duda.
Hay un hombre, ¿Y dónde está el sueño?
Entre la intensa niebla logra escuchar un grito,
Con la fuerza de su esperanza y el valor de su vida corre en busca de su sueño.
Hay un temor más grande que un árbol,
Le miente al hombre diciéndole que no puede perseguir su sueño. La duda y el temor se juntan para que el hombre no pueda avanzar, pero el corazón del hombre sigue latiendo al ritmo de un sueño, pone un pie delante del otro y se arroja con miedo al vacío.
Hay un sueño perdido, con la fuerza de una rama vieja que sigue pidiendo no ser abandonado.
El hombre llega al lugar pequeño, se da cuenta que es el lugar más profundo de su corazón, con las pocas fuerzas que le quedan se acerca a su sueño y lo pone en su regazo, el soñador ve como su sueño se pone del tamaño de una semilla y le sonríe.
Hay un hombre con un sueño, le hacen frente al temor y a la duda, el hombre protege su sueño estoicamente, deja que crezca y ocupe todo su corazón. El tiempo que vive el hombre se lo entrega a su felicidad, el sueño que lleva dentro algún día será realidad.
Hay un hombre con un sueño, el hombre guía y el sueño sigue.