El tiempo trasciende, pero nuestro amor, nunca.

Ahora los tiempos son diferentes,
los tiempos cambiaron, no son como antes,
siguen siendo tiempos oscuros pero
son tiempos en los que ahora prefiero ver el sol.

A veces pienso que fui yo, o quizás tú, o quizás los dos;
No sé si es nuevo, viejo o remasterizado,
somos como una canción inédita de un viejo músico de jazz,
a la época es fresca y de nuevos pianos
pero clásica y armoniosa para los sentidos.

Sin saber que cambió, ignorando la naturaleza de la vida
vimos la luz, sentimos el temblor,
los cristales se volvieron mas fuertes y brillantes,
y cegados nuestros iris se fusionaron, se mezclaron,
y como la miel no arde, no quema,
nuestros ojos se volvieron un sólido planeta.

Cambiaron, nuestros ojos también cambiaron
y ahora ellos ven cosas que antes no;
Aparecieron figuras extrañas y alargadas
formadas por blancas solidas montañas,
dentro de ellas un río rosa muy vacilante
que suena y me alegra el alma.

El oído es mas agudo, mas puntiagudo,
el tacto el de un ciego escultor,
puedo decir que mi gusto es mas fino,
y que mi lenguaje es el del universo.

Armonías antes inaudibles suenan
ahora en todos nuestros rincones.
Algunas formas, sonidos y luces huyeron,
y estando vacías nuestras casas inundó un lago,
un lago de sentimientos junto al cálido río rosa,
una quebrada destinada y el infinito mar.

Creo que fue el cúmulo de experiencias,
y toda esa niebla que cruzamos,
también el mundo del que escapamos.
¡Fueron todos esos grises de color!

Todo cambió, ya nada es igual,
a veces todo pareciera mejor,
¿es la vida absoluta y fija?
¡Estoy seguro que los dos cambiamos!