Isla que pasa

Cabalgata que espera su rienda
encendida en sus odios
que calla.

Mirada compasiva enemistada
colmada en placeres enfocada,
pero errante como insatisfecha,
como quien busca un sitio
al cual pertenecer.

Isla,
que me trazas los límites
de lo que aun no fue conquistado,
de las tierras lejanas,
de lo desconocido.

Tu que te estableces
cual frontera,
en lo que fuí,
en lo que soy
y en lo que seré.

Hoy comienzo a tomar la rienda,
a direccionarme
como quien sabe a donde va,
como ola a su orilla.

Hoy me enfrento al ruido de las sombras
que atemorizan mi intento
y emprendo cabalgata,
libre, por nuevos paisajes
que antes jamás pude apreciar,
los quiero admirar
y hacerlos míos
cual pintor a su obra.

Ya puedo sentir nuevos aires en mi rostro,
como caricias que se asemejan
a las caricias de alguien que ama.

Olvide pesares
como si una nube de amnesia
golpeara mi puerta,
y mi mano abrió.

Pasó Isla vieja y llegó el silencio,
la luz, la paz.
Volví a respirar y volví a vivir.