Llegaste.

Tú sola existencia,
le dio razón ami existir
con tu rostro angelical
le diste color a mi mundo opaco
me sonreía, y se me iluminaba
la vida.

La mirada de tus ojos hermosos,
me robaron el alma, te miraba
y me perdía como una ave,
en el infinito.

Mi amor, no se si llegaste tarde,
o demaciado temprano a mi vida,
de lo único que tengo certeza,
es que desde la primera vez
que te vi te ame.

Despertó en mi corazón
un sentimiento sutil, y noble,
lleno de una dulzura inexplicable
que me hizo perder la cabeza.

Cada día te extrañaba, y tu voz,
era como un elixir que me mantenía
viva, me despertaba, y quería
que estuvieras a mi lado, y contemplar
tu rostro angelical.

Poco, a poco te fuiste convirtiendo
en mi vicio, uno de los más dulces
que he tenido.

Que difícil ha sido sacar este amor,
de mi corazón, calaste en lo más
profundo de mi ser.

Cada noche sigo contigo soñando,
y amo tenerte en mis sueños,
es el único lugar donde eres mío,
más mio que nadie.

Puedo abrazar tú cuerpo desnudo,
sentir tu piel, y se siente tan feliz
mi corazón, tu entrega incondicional.

Me despierto llena de ti,
tan emocionada que lloro de felicidad.

Cada día me sigo preguntando,
como seria si hubieras sido
tu rostro el que iluminará mis días
cada día, que fuera tú lo primero
que al despertar vieran mis ojos.

Que dichosa seria, si pudiera
ser yo la dueña de tu corazón,
y que me amaras solo a mi,
por toda la eternidad.