MEMORIAS DE SAVIA

Se han empañado los vidrios que me separan de la calle.
Qué importa!
Me se de memoria cada detalle...
Presiento aún de ojos cerrados
como se mecen las ramas del viejo ciprés,
luchando con las ráfagas heladas
que azotan desde el oeste.
No necesito ojos para ver danzar las hojas secas,
en un remolino interminable que gira sin detenerse...
Se de sobra, que la vereda está tapizada de agujas pequeñas,
que caen cual lluvia verde del hermoso gigante que tanto amo.
Estás enorme, mi bebé verde!
Parece mentira que te planté cuando apenas eras un retoño frágil!
...Y no temo abrazarte y pedirte fuerzas, cuando las mías flaquean.
Siento tu energía inmensa cubriéndome con esa vitalidad arrolladora
que sólo tu puedes entregarme.
Amar es más que materia y razón.
Es presencia en detalles sutiles que dicen "acá estoy".
Llevo muchos años cuidándote para verte poderoso y desafiante.
Esos mismos años que tu te has erguido agradecido y orgulloso.
Resistirás mil batallas, aún si yo no estuviese.
Gran parte de mi quedará impregnada en tu savia vital.
De alguna manera, mi sangre se mezcla con la tuya.
Hay lazos en esta vida,
que nada ni nadie podrá destruír jamás.

yisa 28/05/2025
NOTA: Imagen real de mi hermoso ciprés.
Un ejemplar que cumplió más de tres décadas.