CALANDO HUESOS Y VIDAS

Cuando el sabio equilibrio se rompe...
dueles en el alma.
Mohosos hedores a tristeza, abandono y desolación
rodean a mi gente envuelta en triste congoja y desconsuelo.
La ciudad que dormita entre los brazos de dos caudalosos ríos,
hoy siente el sacudón del despertar brusco de sus lágrimas.
El cielo no ha parado de llorar...
La tierra no soporta una gota más de esa pena.
Animales, hombres y verdes, se aplastan bajo el peso del duelo gris.
El río que más canta, salió desbocado de su curso y serpentea sin control.
Se metió sin permiso en patios, casas y vidas.
Con ese avasallante atropello del usurpador.
Llora mi tierra, mojada y barrosa... y el olor a tristeza es la manta hoy.
Pero Dios no abandona a sus hijos.
Poco a poco bajan las aguas y sale el sol tímidamente, de a ratos.
Muchos fuera de sus hogares pasarán noches en penumbras del alma.
Es cuando más el Señor abraza y reconforta.
El mañana sembrado de esperanza nunca se ha negado.
Ya falta poco...
Fuerza, mi gente querida!
Fuerza y Fe!

10 de mayo de 2024
yisa