Al compás del tiempo

Mi jardín parece un campo de batalla
donde se han rendido ambas huestes.
Las campanillas azules, las azaleas,
margaritas, rosas y violetas,
heridas casi de muerte.
El tórrido sol de este día
después de tantas gotas hirientes,
derrumbaron sin piedad
la poca resistencia de las más fuertes.
El viento diurno que las azotó, salvaje,
el frío implacable de la noche siguiente,
robaron ávidos e impíos
su belleza primaveral floreciente.
Pobrecillas mis pequeñas aromáticas!
Las magníficas lavandas tupidas!
Agacharon sus orgullosas florescencias
y hoy parecen tan perdidas!
Intento obsequiarles agua,
devolverles perfume y vida...
Pero están tan derrumbadas!
Las veo tan desvalidas!
Cayeron de rodillas unas,
otras, en cuclillas.
Mustias las otrora resplandecientes...
Opacas, las antes, tan coloridas...
Siento que me entristece.
Me seco un poco, como ellas mismas.
Hoy, esta tarde sofocante,
me roba un poco la vida.

Yisa 6/11/216