Tres puntos marcan pausividad.

Tres puntos marcan pausividad.
Cruzando lateralmente el ensanche,
madera que separa ambos extremos, cuéntalos.
Cuatro hileras cableadas, ferrosas, cobrizas,
arden al rojo vivo, desprenden sudor, cansancio.
¿Qué hora marca el reloj? Otorga pausividad.

Hoy no queda espacio en el cuentagotas vertical,
chirriantes monedas azules brotan, vertical.
Caen al cable, a la madera y vuelven a brotar.

Hombrecillo, se arrodilla, se atormenta, se equilibra:
media mitad le falta, media mitad le añora.

Hombrecillo, a ti te pisan, a ti te humillan:
media mitad le falta, media mitad le añora.

Se te pasa: ¡Estás muriendo!
Sin dudarlo, saltan, a las vías, se abrazan, se enamoran.
Los pistones deceleran, entran: ¡Revisor!
Han pasado cuatro días, al quinto, atardeció.