Qué es de una vida desordenada.
Diodos publicados en paredes acorchadas
crucifican la intemperie de los charcos reflejados.
Las vibraciones se confunden en la mente,
la gente no quiere creer: ¡Mira mamá, una estrella!
De la alegría, la incertidumbre, echó a volar al cielo,
desviado poco a poco echa de menos a su dueño.
-Si hijo, una estrella- No es verdad.
Yo antes pensaba que las estrellas giraban, que los
astros se alineaban: El Carro, las osas y Orión.
Dulcemente mi madre contaba batallitas, historias increíbles,
dragones invencibles, vidas envidiables.
La vida era solo de dos colores completamente distintos,
complementarios donde la negación de uno implicaba necesaria-
mente el otro, amarillo y violeta.
Una piedra tambaleó las tablas flotantes del océano,
tambaleó las nubes, tambaleó el cielo, tambaleó la
tierra y las estrellas. -Mamá, ¿verdad que se arreglará?
Empezó un diluvio de ácida agua. Una oleada de cosas
malas, los niños me daban miedo, me acostumbré a ellos.
Zarandeaba la mujer la cabeza, se volverá majara,
oía, decía, se repetía, gemía, no dormía, sufría.
¿Dónde estaría?
Ten: fuma. Ten: bebe. Ten: viola. Ten: aquí.
Cono de luz queda: mi madre, llora desconsolada.
Comentarios & Opiniones
¡¡¡caray!! dónde estaba que no he podido leer sus magistrales obras, ¡emocionado!! Estrellas.