MI EXISTENCIA

Y al mirar el tiempo recostarse
en las lágrimas de la noche,
una recóndita tristeza, invade
el espacio, tú, tal vez dormida
te meces en el recuerdo y yo,
tal vez ahogada en los dolores
del pasado.

Ven a las fiestas que se pronuncian
en el silencio, en cada paso que la
pena ahueca las heridas
y aquel tropel de sueños
que quedaron navegando en las
aguas del olvido.

Abrazo todo lo que ahora es ceniza,
ya nada tiene el prisma del ayer
ni el perfume elocuente de la alegría,
sólo el camino turbio del futuro
sólo la luz ambigua de los amaneceres
sólo una huella recalcitrante
sólo un pensamiento en sequía.

Tal vez un día comprenda cuanto
cuesta la vida y cuanto valor
posee realmente la muerte
cuando aprendemos a descubrir
las dimensiones desconocidas
del mundo inmaterial y la fragilidad
de la mentira que se perpetúa
sin intentar zafarse de sus garras.

Hoy, sé que aunque mis venas
palpitan bajo mis carnes en decadencia
sigo siendo el mismo cadáver
que continua la batalla por no
terminar en el foso de la nada.

Dónde te encuentras en este instante,
quizás en ese lugar que mi mente
forjó sin la prisa de la necesidad.
Nos encontraremos en el paraje
más fantástico que se pueda crear
cuando todo haya concluido
y mi existencia tenga el rumbo exacto.

Entonces ya no respiraré.

Yaneth Hernández
Venezuela
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