Árbol de la Vida
Estuve ignorando las señales que el viento me daba,
Suave acariciaba mi rostro,
Y ya ha pasado el tren de estaciones,
A donde mi piel sembraba,
Mientras mi corazón flechaba,
Una semilla de amor que pronto adensaba,
Y sus raíces en mi penetraban,
Al compás de su perfume que desprendía tras su suave caminar,
Aroma inherente sin cesar,
Quizás el fruto prohibido de mi santo pecar.
Y por fin la semilla germinó,
Donde mi juicio se alineó,
El destino me apartó y me susurró al oído:
"Sutil te entrego ésta semilla para que vuelvas a regarla junto con los eternos atardeceres de amor entregado"
He dejado pasar el Otoño,
Desprendiendo mis hojas secas,
Hiberne junto al Invierno,
Dejando caer mis ramas secas,
Y entre tantas tormentas,
Llegó la Primavera,
Y ahora,
Junto al calor del Verano,
Prometo tomar tu mano,
Regar esta semilla,
Y sin miedos a más pesadillas,
Hacer crecer entre estaciones,
Y ser firmante como un druida,
Nuestro querido,
Árbol de la Vida.
Aldo Vera
Comentarios & Opiniones
Vale. Bonita obra dedicada.
Cordial saludo y hasta próxima publicación.
Belle obra, un placer de lectura
Hermosas letras !
Un árbol de vida,fuerte,sin miedos
Felicitaciones! Y beso.
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