Un poema

poema de William

Tu cara es un poema; pues es incomprendida.
Los jóvenes no entienden y subestiman la vieja literatura, mientras que los mayores la alaban.
Tu madre siempre te dirá que eres una criatura divina, digna de amontonamientos de halagos
Y tus compañeros solo subestimarán tu inefabilidad.
Las viejas ratas que siguen vivas en un cuerpo joven, se quedan en el presente, cuando a veces es mejor pensar como en el pasado.
El incomprendido rostro que cargas, solo es motivo de risa.
Risa que les durará poco
Risa que se irá
Risa que no van a sentir más.
Tú no has reído aún, pues, serás el último en reír, y lo harás mejor, mas no para burlarte.
Libre albedrío de lo que fue tu apagada mirada, se centra en detalles oscuros de la vida, que los que no entienden tu rostro, nunca podrán apreciar.
No pudieron ver lo que es lo físico, menos lo mental.
Cargas con la angustia de ser farsante.
Las pestañas desordenadas de tus bellos ojos, solo causan más envidia.
Los tontos que hacen llorar, no se pudieron comparar con tu lágrima más divina.
Tu cara es un poema; incomprendido por todos los jóvenes, y tú, no te comportes como los jóvenes que no saben analizar.
Sé que no te sientes orgulloso de haber pisoteado francamente tu infancia.
Relacionas tu nuevo rostro por causa de las desgracias como un poema horrible, pero aunque el poema tocase temas horribles, puede llegar a ser una joyita.
Relacionas tu rostro con un poema mal escrito, pero aunque estuviese mal escrito, es una buena idea.
Y sigues en la simiente eterna de la vida.
Largas tus lágrimas en armonía.
Liberas la alegría cuando menos te lo esperas,
Y sin saber
Lastimas a tus penas.
La ligera tempestad lúdica, no se cumple más.
Una condena que pronto se te irá
Y reirás más
Y no como otro más
Sino como el último
Y yo
Reiré contigo
Para no dejarte atrás jamás.