Nirvana

Hasta una aldea de deseos construí
Hasta las estrellas conté cientos de veces
Hasta compuse una sonata
Con los ruidos de la noche
Esperando tu regreso.
El día y la oscuridad tiritan vertiginosamente
yo absorto
escenas en progreso sin cesar
yo absorto
lluvia, calor, lunas
yo absorto
Ahora etéreos después de todo

Quizá absurda pero increíble
La nueva velada
Ingresamos en el alfa de un licor
Cuya espuma nos acarició
brindando el toque malévolo
Que necesitamos
El ritual pueril con más fuerza
Seguí con brújula de lenguas
El recorrido de poros,
de olores sin restricciones
que invadía aquel lugar
Espolvoreaban del piso las prendas caídas
Calientes y raídas
Yacían también las pieles
Tumbadas de una avidez indescriptible…

Un torbellino fantástico de almas
se jugaban la fortuna
una batalla de besos
lucha intensa de alientos por la victoria.

Ni una nota perversa escrita a mano
perturbó el momento
cuando entró por la ventana
Importaba la furia encontrada en Venus
y que a partir de ahora
sellábamos un pacto místico
eterno aparentemente,
anhelando su continuidad.
Nunca un amanecer fue tan brillante
Nunca abrir una puerta
Fue temiblemente volátil como esa vez
Magia
Ráfaga
Caminar en nuestro Nirvana
Ahora etéreos después de todo…