Y SE ARMÓ LA PAZ
Por un puñado de viento
rechazaste la tierra y el mar padre,
porque bajo este cielo de heno
destella huérfano el diamante
y al cobijo cavernoso
de la sierra desdentada
ves la luz vencida
desordenando
la voz del muerto.
Y es que padre,
ya no distingo al dormido del difunto,
y me aproximo a tus heridas
con tibia y dulce maestría,
como un pirata con un catalejo.
En el mar donde se encuentran los enemigos
crecen las gotas de sangre,
y desde el rincón de las caricias piensas
que para el reino de la anémona
es sólo cuestión de tiempo.
Presumías de fuerza hercúlea
y de seso cristalino padre,
pero te despojaron de la vana gloria
que con tanta barbarie alcanzaste.
Hay violencia en el abandono padre,
también respeto en la renuncia
a tu alta cuna de cristal,
y así, sin ruido ni silencio,
veo armarse a la paz.
Comentarios & Opiniones
Precioso poema que me calma al leer, me produce un bienestar a través de esas verdades que despojas levemente pero con soltura, al parecer hablarle a un padre sobre el concilio de la paz y de la armonía que parece que ha encontrado. Un placer
siempre estar en tus letras. Un abrazo amigo!
Me encanta tus análisis de mis letras, porque básicamente son más que acertadas, lees muy bien entre líneas. Y eso me reconforta, me da cierta paz jaja muchas gracias y un fuerte abrazo !