Brecha

Dentro del enigma que aparenta ser permanente de la existencia y la creación, estamos vos y yo bajo un rayo de Sol que llega a nosotros por medio de la Luna.
Me desplazo a tu ritmo por las rutas imprecisas de un viento como el Sol de la media tarde. Me guían tus cabellos que no permanecen en ninguna sintonía con los otros, volamos con el insomnio siendo el testigo de nuestra aparición grata en un Mundo que no nos merece como amantes.
El amor invade nuestro tacto y nuestras miradas, el Sentir poco a poco acaba con la poca Conciencia que nos quedaba. En pleno vuelo y tomando tu mano, mis labios expresan todas estas palabras plasmadas, siendo vos la primera y la única capaz de entender mi turbulencia solo con tus sentidos.
Al soltar tu mano para apreciarte desde lejos, aquel Amor que nos mantenía levitando se tomó un descanso eterno, dejándome caer en picada, adentrándome no en los sitios más recónditos de la Tierra, sino en los sitios más recónditos de mí mismo. Era un sitio vacío y obscuro, mi tacto fue irreemplazable para la búsqueda de lo único que hallé: una hoja de papel y una pluma.
Plasmé versos ajenos en la hoja.
Con alcohol en un pañuelo logré despertar, viendo al techo y, con la mínima recuperación de la conciencia, inundándome de fluidos salados. Vos te quedaste donde temía que te quedaras: tan solo en mi mente.