Decisiones

poema de Victor Rafael

El recuerdo fresco de un momento que ha nacido,
instantes que se resisten
a no morir en las noches de los olvidos,
Sí,
duele; duele extender tu vida,
hacia quien no te pertenece aún,
porque lo sabes, no es la respuesta que creías,
o que el Cielo tenía para ti,
pero también lo sabes,
que cometemos errores,
por no saber amar como corresponde,
y es ahí,
es ahí donde la pregunta que debería erigirse,
no tiene sentido,
tu mente se desvive en cálidos encuentros,
en propuestas con mensajes de esperanzas,
y lloras por ello,
lloras porque sabes lo que implica amar de esa manera,
amar sin saber lo que ocurrirá más adelante,
y todo es similar,
a fragmentos de sentimientos y emociones,
que no pueden detenerse,
es una lluvia, un torrente de inciertos desafíos,
que te empujan a hacerlo, incluso hasta gritar,

Amar y solo amar, hacerlo porque es lo que sientes,
escoger vivir sin arrepentimientos, sin confesiones,
solo amar para siempre, para ser feliz,
para entender la definición de lo que significa,
compartir tu vida con alguien más,
y no piensas, solo lloras,
lloras sin detenerte porque tu alma lo pide a gritos,
estás encadenada a morir sino lo haces,
a ser atrapada en la desdicha y el desconsuelo de la soledad,

Duele amar, duele ese amor que pide entrar a tu vida,
que pide formar parte de tus sueños,
de ser parte de tus anhelos,
y no es algo que has pedido,
súbitamente estuvo ahí, se presentó y no como oportunidad,
vino a ti como un presente, como un maravilloso obsequio,
que desde siempre había estado aguardando por ti,
solo para ti,
y tu fuiste el listón que lo ha desenvuelto,
pero no estabas lista aún,
no lo estabas,
todavía no era tiempo;
pero acaso,
¿No siempre suele ser de ese modo,
una repentina visita que no esperabas,
que viene sin permiso, y tus sentimientos enloquecen?
Y ese amor sonrió y de tu corazón brotó la alegría,

Cuesta elegir…cuesta amar,
cuesta el dolor de los minutos,
minutos que se pierden en los días que ya no regresarán,
¡Cómo duele estar atrapada por la fuerza,
en un reino sin coronas ni espigas,
sin mantos reales ni sitiales!
Y sin poder desviar tu atención de él,
siquiera un minuto,

Y ese es el asunto, él vino a ti, lo hizo a pesar de todo,
lo hizo porque te amaba,
¿Por qué lo rechazaste? Permitiste que se marchara,
lo empujaste y te alejaste llorando,
no deseaste verlo nunca más,
y de nuevo, el conflicto se desató,
pero; su determinación fue mayor,
porque en la suma de todos esos desaires,
resistió tus golpes, los soportó,
simplemente
porque es su intención permanecer contigo,

No se ha ido del todo,
y sabes que no se irá, que esperará por ti,
lo que sea necesario,
él lo sabe, y sabe que tú también,
solo esperará, porque lo supo desde el inicio,
que eras tú, y nadie más,
y es consciente de que,
sí das algo en esta vida, se te devolverá con creces,
y él te ha ofrecido su amor y conoce que esté regresará contigo...
así de simple, es la vida,
no es el amor ni el dolor o la felicidad,
eres tú… Tú eres la que importa. Solo tú, y él lo sabe.