Más del viento

¿Para qué querría musas en mi funeral?
¿Necesito musas para decir
cuánto sufrí – cuánto me lamente?
¿Qué si soy poeta?
Debí ser un buen ser humano, primero
y por último,
un buen hijo
Al menos un buen padre
Un buen esposo, que dolor
¿Para qué sería poeta?
Para que las musas me digan cómo decir en bello
Lo mal que lo hice – lo tonto que fui

¿Para qué el sarcasmo si todo es importante?

¿Para que la belleza si todo es igual?

Solo aprendí que al cristiano le gustan los finales felices:
El paraíso, ¿o no?
¿Les bastaría el bien sin ninguna recompensa?
No veo la relación de la poesía con la filosofía
Y no veo en la filosofía una relación con el bien
Y veo el bien petrificándose en la poesía
Un detalle como el big bang,
una pequeña singularidad
Pero no,
solo grandes estallidos que quedan en nada

La sola idea de volver al pasado me alienta
Y sin caer en caricaturas “Borgianas”
No hacer lo que hice y hacer más cosas de las que no hice
Como “dar”, sí, “dar” sin más que eso
Ese simple eco que queda vacía al nombrarla
Y ese silencioso sentir que queda para siempre al hacerlo

Ahí, donde la poesía no puede llegar
Porque a veces “dar” es dejar ser
Como el silencio de los átomos y las células
Donde el bien sopla como el viento:
Va y viene
Nunca se ve
Y siempre se siente
(y no me digas, ni lo pienses,
que el viento también es huracán)