Detrás del Sol

Esa luz del horizonte; fraguada en el fuego de la tarde
Mi escusa por esas hermosas poesías
Es que, al mirar el horizonte
Al ver es fraguadas nubes con el sol de la tarde
Recuerdo mi propia inocencia
Donde las montañas de Los Andes
Heroicas cumbres de nuestra esencia
A espaldas de esas ardientes nubes;
Se siente el valle, la calle y la casa tranquila
Y ellas, las luces de la tarde, en su lejanía
Ellas, aún viven la luz de la mañana
Inconscientes a mi tarde que cae presurosa
No sé qué hecho de mi vida
Y tantas cosas que ido haciendo
Si lo importante es aún estar vivo
O estar aún vivo para lo importante
Devenires o porvenires
Acaeciendo o simplemente, siendo
En esa estela, de agua, de tierra y de hojas verdes
No sosiego esta pregunta
Ni le doy paz a esta existencia
Es que de niño supe; la tarde fraguada vuelve
Y no solo vuelve
Ha de pasar por el rocío de la mañana
Por el ajetreo del mediodía
Por la impresión del futuro y el pasado
Ambos siempre imperceptibles
Con una constante continuidad cotidiana
Esto ha sido lo sorprendente
En esas nubes fraguadas por el sol de la tarde
En ellas, la mañana aún no se ha ido
Así es cuando miramos detrás del sol
Cuando nos damos cuenta
Que no solo es la única tarde de ese día
Sino
Que además
nunca más volverá
Ahí y estar son un momento.