LA ÚNICA HEREDERA

Te recuerdo liviana y fresca como la lluvia temprana.
Grácil, musical, volátil como las horas pintadas.
Te traigo a mi memoria, te inspiro y exhalo en cada palabra.
Mis ojos te retratan bella, joven, sabia.

Las letras de tu nombre serán grabadas con dolor y rabia,
imposible volver a asignarlas.
Ningún ser será tu imagen, sonido o fachada.
Nadie me traerá tu presencia a esta casa.

En la morada triste donde todo queda,
sucio, colgando, en espera.
Desordenado y suplicando una mano diestra
que consiga entablillar lo que resta.

Serás, eres, fuiste la única heredera,
de este reino sin risas ni fiestas.
Los demás aguardamos mojados y huérfanos de mando,
esperando que tu gracia vuelva.