Se hizo ave
poema de Eusebio García-Gasco

Con dos palmos de narices les dejaste.
Espíritu del aire, ¡vuela!
Quisieron dejarte preso
Y solo los cuerpos permanecen en la carne.
No la necesitas para soñar
Arriba la luz es tan suave,
tan dulce el vagar,
tan grande la costumbre de ser ave.
Los poetas han mentido siempre,
siempre han podido volar.



