La nube

Hay una nube pequeña
que se separa.
Cariños que ella tenía
se han desgarrado,
disipándose en espumas
de hilos de sedas
con los dolores agrios
de desengaños.

El sol que la ha visto
muy desvalida,
con las tristezas amargas
de desamparos,
nubecilla de pesares
y retraida,
teme que con sus lágrimas
le apague un rayo.

Con ascuas de sus antojos
se ha enfurecido.
Caprichos de fuego puro
que está creando.
Quiere que desaparezca
la triste nube,
que se deshaga desnuda
en puros llantos.

Pero gozosos claveles
enrojecidos,
lágrimas con gozo acunan
entre sus brazos.
Nube que se perfuma
y así renace.
Cariños enflorecidos
la han consolado.

Se mece, entre las flores
de sus claveles.
Colores en arcoiris,
perla y zafiros,
en diamantes azules
y albas alegres.
Con luces recrea joyas
en los rocíos.