La consigna

Esta triste sensación de nadas.
De ser solo el espectador
queriendo ser y no queriendo,
sin poder palpar la vida.

Siempre tratando
ese equilibrio perfecto
de mantener las cosas juntas
que no pueden ser unidas

Sentir el alma para atrás echada.
Tan echada para atrás,
que solo voy siguiendo,
hacia donde los pies me guían.

Jamás ningún sol ardiente
a mi corazón lo abrasa.
Jamás enganchado me quedo,
en ninguna espina.

Y en esto se me acaba,
lo que es ir viviendo,
solo un ir resbalando
sin tocar la vida

¡Amar, amar, amar,
hasta desgastar todos los cuerpos
y quemar todas las carnes,
debería ser la única consigna!

¡U odiar, odiar, odiar
todas las máscaras
y solo queden almas para querernos!
porque hechas pedazos caigan

Así solo y solo amando,
es como se gozan los orgasmos.
Todos los orgasmos de la vida.