POEMA XV

I

Mujer cubierta con las flores de capulí,
ven, sígueme, quiero regalarte mi secreto.
Si preguntas por qué de todas te elijo a ti,
pregúntale a mi cariño loco, terco e inquieto.
Este cariño que sin saber del amor ama,
la aurora de los tantos destellos en tus ojos.
Eres tan bella, reina comparada a una dama,
y qué decir... ¡oh Dios mío!... de tus labios rojos.

II

Déjame contemplar la magia de tu semblante,
o el manantial de tu cabello negro ondulado.
O mejor aún permite que tu voz me cante,
y sentir y ver al sol en un día nublado.
Dichosa mi vida por tener tu corazón,
feliz porque sabe que me amas hasta lo eterno.
Si no me amas tal vez perdería la razón,
pues para vivir necesito tu beso tierno.